(...)
- ¡Pero rebates todo continuamente! ¿Es que no puedes dejar de llevar la contraria?
- No es eso. La vida es como un cubo de Rubik; le das vueltas intentando encontrarle un sentido, pero hay siempre un cuadrado de otro color que no encaja.
- ¡Pero si hay gente que consigue que encaje! -rió abiertamente.
Esbozó una sonrisa y contestó con cierta tristeza:
- Sí, pero esos, o son Dios, o tienen una receta...
- ¿Las instrucciones, dices?
- Viene a ser lo mismo, ¿no?
- ¿Y no crees que va siendo hora de que pidas unas?
Silencio. Las respuestas son muy meditadas en los últimos tiempos. Sopesadas.
- Yo no la quiero.
- No te he preguntado eso.
- Quiero entender mi cubo, con mis propias instrucciones.
- Te vas a volver loca.
- De momento, no tengo nada mejor que hacer.
- Cínica.
- Cierto. Dejémoslo simplemente en que quiero las cosas a mi manera.
- No podrás...
- ¿Qué te crees, que no tengo miedo? ¿Por qué crees si no que avanzo tan despacio?
- No pierdas el tiempo...
- No lo pierdo, trato de pasarlo conmigo. Soy una compañía tan buena como cualquier otra.
- Tampoco te pongas digna, no te pega. Y no sé hasta qué punto te crees realmente eso.
- Bueno, últimamente sí que lo hago. - Un silencio incrédulo flota en la sala. -¡No digo que siempre, pero sí que lo hago!.
- ¿Y si simplemente dejas que se queden así las cosas? Al fin y al cabo, el cubo de Rubik resulta desconcertante cuando tiene todas las caras en orden.
- ¡Por eso, no te preocupes! -atajó con una carcajada.
(...)
Escrito por RedLabel a las 7 de Enero 2008 a las 11:37 PM