27 de Agosto 2013

Toc, toc

Toc, toc, ¿hay alguien ahí?

He estado leyendo algunas entradas antiguas. Hace años, cuando leía lo que había escrito tiempo atrás, siempre me daba bastante vergüenza y me debatía entre destruirlo y borrarlo así de la faz de la Tierra, o dejarlo a modo de recordatorio para mi yo futuro de lo imbécil que podía llegar a ser. Hoy no me ha pasado eso. Al contrario; en ocasiones hasta me ha gustado lo que he leído. Y no puedo evitar preguntarme dónde estoy, qué ha quedado de esa persona después de unos años que me han resultado, psicológicamente, un poquito devastadores, y de reconstrucción total.

Es verdad que, fundamentalmente, escribía cuando estaba mal, y que ahora suelo estar bien casi todo el tiempo, afortunadamente. También es cierto que cuando estoy mal me toca coger papel y boli y empezar a desmontar razonamientos ilógicos que, efectivamente, si no se desmigan, se convierten en inconclusos, reiterativos y exasperantes. Me gustaría, sin embargo, poder volver a escribir con la única finalidad de expresarme. "Escribes muy bien" es, probablemente, la frase de alabanza que más he oído en los últimos años (en distintos tonos que van desde la simple convicción al más sincero asombro, todo hay que decirlo). Pero la verdad es que sigo escribiendo sólo ejercicios psicológicos para desvanecer mis antiguas ralladas y cartas a "señores oscuros", además de algún texto técnico. Echo de menos escribir sin más, sin una intención ulterior. Sin tener miedo a estar escribiendo algo mal, o erróneo, porque en realidad no importa lo que esté escribiendo, ni que sea verdad. Y sin miedo a que en algún momento aten cabos en mi curro y me larguen por mi "doble vida".

Es un poco irónico, porque en realidad siempre tuve la impresión de que no lograba expresarme verdaderamente en este blog, no como pensaba que lo hacía en papel, mucho antes de empezarlo.

La cuestión, por otra parte, es que no sé qué ha quedado de esa parte de mí después de la "batalla". Necesitaba aprender a pensar de forma lógica, y por tanto, necesitaba sacrificar la parte de mí que tendía a lo "inconcluso". En estos años he escuchado muchas opiniones en contra de que lo hiciera, desde las que me advertían que no dejase que un psicólogo cambiase mi personalidad, a alguna muy buena amiga que echaba de menos desentrañar mis ralladas ante dos jarras de cerveza. Yo también he echado cosas de menos, pero parece que voy recuperando algunas cosas, como mi sentido del humor. Y lo más importante es que, cuando estoy bien, soy capaz de sentir verdaderamente ganas de vivir, y de no sentir miedo. La "batalla" era, en realidad, contra el miedo. Y si algo he aprendido a las malas es que el miedo es, precisamente, lo que me impide ser "yo". Había que destruirlo a cualquier precio, y no me arrepiendo de lo pagado, ni literal ni figuradamente.

Es verdad que, al final, o al menos esa ha sido mi experiencia, te sientes un poco en bragas. "Hay gente que sólo necesita unos meses de terapia. Otros necesitan siete años. Lo normal suele ser entre dos y cuatro". Creo que yo he cumplido seis, y ya voy cerrando el capítulo, aunque me ha quedado muy claro que lo de "curarse" es un mito; que la tendencia a pensar de forma enrevesada me acompañará siempre, y que lo que he logrado es aprender un montón de herramientas con las que impedir que ese modo de pensar me haga sufrir. Pero de pronto, decía, seis años después, me encuentro conque los proyectos de entonces ya no sirven, y de ahí la sensación de andar en bragas. He tenido una especie de renacimiento, vale, perfecto, pero quedan cabos sueltos. He aprendido a andar por la cuerda floja con red, pero siento que me falta lanzarme.

Y en realidad, esa linealidad, esa expectativa de encontrar algo al final del camino, no es más que otro miedo y una respuesta aprendida. La vida es siempre hoy, y los fuegos artificiales no le llegan a quien espera verlos, sino a quien la vive y enciende con ello la mecha, aunque sea por accidente. La sensación de andar en bragas es, en cierto modo, una excusa para no enfrentar el miedo a vivir sin más. A, digamos, abrazar el naturismo.

Ah, sí. "Voy a ver si aprovechando que el blog cumple diez años vuelvo a escribir, hace mucho que no escribo, bla bla bla". No lo sé, no tengo ni idea. Tengo a una gata que me maulla un poco desesperada porque me vaya ya a la cama, creo que de momento voy a limitarme a hacerle caso.

Escrito por RedLabel a las 1:08 AM | Comentarios (0)