29 de Septiembre 2005

Sin título otra vez

Siempre supe que huir no sirve de nada, porque todos los problemas de los que intenté escapar los llevaba puestos, clavados dentro como un anzuelo, creados desde mí misma. Pero a veces la razón (y mi sistema nervioso en general) se destruye y, como todo animal asustado, sólo quiero correr hacia algún lugar oscuro o lejano. Un lugar donde el anzuelo, aunque no desaparezca, se enquiste y se convierta en dureza. Y entonces me imagino en cualquier sitio que significara un proyecto nuevo, una vida distinta y reluciente. Los mil brillos que me prometí un septiembre en Roma y que espero cumplir algún día. Aquel Madrid, despertando entre el sol y las calles mojadas como renacida, que una desconocida me enseñó a ver. O simplemente, los jardines de Cecilio Rodríguez, un sueño donde a veces el resto del mundo desaparece y solo quedan fuentes y pavos reales lanzando su grito triste.

Guardo infinidad de cosas con el objetivo de atar hasta el más mínimo recuerdo que me sea posible. Pero a veces me gustaría recordar un poco menos a cambio de no sentirme acabada tan a menudo.

Sólo estoy cansada, y a lo lejos alguien canta.

Sólo digo palabras absurdas. Y cosas que sueño que no pienso.

Escrito por RedLabel a las 29 de Septiembre 2005 a las 01:38 AM
Comentarios

No es bueno atesorar tantos recuerdos ni cosas que nos lleven al pasado, eso nos ata y necesitamos sentirnos libres, sin ataduras de ningùn tipo para poder maravillarnos cada dìa.

Escrito por flaca a las 19 de Octubre 2005 a las 01:09 AM

Sí, pero recordar también es necesario... aunque quizá no tanto como lo es para mí :)

Gracias por el comment :)

Escrito por RedLabel a las 26 de Octubre 2005 a las 12:59 AM
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