27 de Abril 2007

Llevo ya unas horas viendo pasar el día. Sin hacer nada, sin tener la fuerza de voluntad suficiente como para dedicarme a pensar en algo.

Y estoy agotada.

Ha diluviado, ha granizado y todo. Ahora hace sol, y, al salir al jardincillo este, te asalta un fuerte olor a flores, el que desprenden el durillo y las lilas tras ser vapuleados por el granizo. El asfalto es color azul y plata. Hay un tramo de la carretera de vuelta a casa que, cuando caen trombas de agua como esta, se convierte en un espejo, obligándote a entornar los ojos. Su reflejo lo invade todo, y parece que vas cruzando un mar.

Ojalá fuera más fácil observar y describir. Cuando lo hago con estas cosas simples es para intentar, de alguna manera, ir acercándome a las más incomprensibles. Si consigo entender lo sencillo, quizá pueda desenmarañar los nudos que se materializan en la garganta. Nunca antes los había sentido de manera tan física.

Pero el hecho de intentarlo aquí, ahora, no es más que una prueba de que no me he propuesto hacerlo, realmente.

Escrito por RedLabel a las 27 de Abril 2007 a las 04:21 PM
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