1 de Abril 2004

Una parida como otra cualquiera

Y para animar un poco la cosa y que la página no resulte tan deprimente (aunque para mí no la resulta, repito que no estoy mal), aquí dejo esto. :P

Quino.bmp

Escrito por RedLabel a las 1:59 AM | Comentarios (3)

Amontonando mis trastos

Digo yo que por qué me empeñaría en ser inmovilista. Podía haber sido cualquier cosa en esta vida, bohemia, activista, deportista, del opus, comunista, hippie... Incluso podría haber sido una persona normal. Bueno, no, tampoco hay que pasarse. Lo dejaremos en que podía haber sido muchas cosas, pero decidí quedarme quieta. Y ya fuera de la coña, es cierto que he desaprovechado todas y cada una de las oportunidades que se me han dado... Podía haberme dedicado a escribir en serio, y no en este blog que leéis cuatro, que ya sé que os va a gustar ponga lo que ponga, y que si no es así vais a decírmelo igualmente. Podría haber seguido con la música. Podría haberme dedicado a sacar mi carrera decentemente, y no lo que estoy haciendo este año. Pero por alguna razón decidí observar como todo pasaba de largo sin hacer nada.

Ahora sigo igual. Peor quizá porque todas esas oportunidades ya han pasado, y ahora me encuentro ante cosas más básicas. Veo que tengo que actuar, veo algo que se me escapa de las manos, y ni siquiera me muevo, quizá porque lo había dado por perdido de antemano. Puede que ese haya sido siempre mi problema, dar las cosas por hechas, por supuestas o por perdidas. Vivir en la creencia de que no puedo cambiar nada, y que la aportación que puedo hacer al mundo es tan ínfima que ni merece la pena. Antes no pensaba así. Antes tenía la convicción de que cualquier cosa que haga una persona, por pequeña que sea, influye tremendamente en el resto. La decisión más pequeña, propia o ajena, tomada ahora o hace siglos, puede cambiarlo todo...

Ahora sigo pensándolo, pero ya no creo en ello. Racionalmente lo sé, pero no me creo que sea aplicable a mi persona. Es una de esas cosas de las que no somos conscientes. Igual que todos sabemos que vamos a morir pero no nos damos cuenta de esa certeza (yo, por lo menos, no lo hago), y seguimos derrochando los días como si jamás fueran a agotarse, como si no importase perder un minuto, un día, un año, una vida. En realidad todos creemos que somos infinitos...

Y espero no rallaros con este post excesivamente negativo. No estoy mal, son sólo mis ideas, es sólo que no me las planteo si no las escribo, y como abrí el blog este, os las tragais, antes no hubiera dado el coñazo con estos momentos metafísico-trascendentales.

Y que a lo mejor algún día dejo de pensar así, y me doy cuenta de que tengo veinte años y no mil.

Escrito por RedLabel a las 1:12 AM | Comentarios (4)