22 de Febrero 2013
Adivina adivinanza, ¿qué debería estar haciendo?
¡Estudiaaar!!
Años sin escribir, sin dibujar paridas, sin pensar en el sentido de la vida... bueno, no, eso no; en realidad en estos últimos años lo único que he hecho ha sido tratar de que mi vida no perdiera el sentido, pero esa es otra historia. Años, decía, sin escribir, y resulta que la respuesta estaba delante de mis narices: la creatividad volvería en el momento exacto en que tuviera que ponerme a estudiar. Y "creatividad" es un nombre muy grande para esto, pero si lo llamo simplemente "postergación" pierde la gracia.
El caso es que el master empezó hace meses, y no he sentido este impulso antes. Quizá es porque aún no me había sentado verdaderamente a estudiarlo. Y porque tampoco tenía tiempo, entre mudanza y sentimientos de culpa variados.
Esta tarde, sin embargo, he comenzado a leerme los planes de trabajo de las asignaturas de este semestre. Son un coñazo, y he tenido un momento de rabieta contra mí misma, porque, ¿quién me mandaba meterme a estudiar un master? Pero una vez terminados, soy consciente de que son menos coñazo que los anteriores. Es un resquicio de esperanza.
Por eso, y antes de irme de sarao familiar, he decidido escribir esta entrada. Quizá no es sólo la pereza y la excusa para no ponerme a estudiar. Quizá es que después de unos añitos psicológicamente un tanto jodidos empiezo a reencontrarme con mis cosas, en un ambiente mío. Sé que nunca alcanzaré el estado mental perfecto que buscaba hace tanto tiempo, y que todo irá bien mientras recuerde esta premisa y disfrute el momento.
Y como de disfrutarlo se trata, publico el post sin releerlo ni nada.
PD.: Y por si volvieran, gracias a las cinco o seis personas que me han dejado comentarios estos años. Me ha hecho ilusión que a alguien le gustara lo que había escrito. Y que no todos fueran spam.