4 de Enero 2005

Pensamientos no sólo inconclusos

Me gustaría escribir alguna de esas cosas sin sentido con las que invadía antes las servilletas de la C***, el bar donde descubrí el placer de las jarras hace ya algunos años. Eran cosas sin mucho sentido, en las que no importaba lo que decían sino en tono en el que sonaban las palabras, a veces contundentes como el tañido de una campana. Qué bonito tenía que ser Madrid cuando estaba lleno de iglesias y se oía a las horas en punto todas las campanas juntas... Me encantó eso mismo cuando estuve en Roma. Estábamos allí, fregando tejas en lo alto del pequeño monte, aún era temprano y hacía fresco, y cuando respirabas y sentías el frío, el día parecía realmente nuevo, y podías creerte un rato que hay esperanza. Y cada hora, durante cuatro o cinco minutos, se oían todas las campanas de la ciudad, e incluso los cañonazos que suenan a las doce en el Vaticano. Hay muchas iglesias a las que la tecnología no ha llegado o, afortunadamente, han decidido pasar de ella. Siguen haciendo sonar las campanas a mano y no con esos cacharros programados que las hacen sonar metódicamente sin necesidad de que se balanceen de un lado a otro. Y las velas de peticiones, siguen siendo velas y no unas bombillitas que se encienden al echar una moneda, como si fuera una máquina tragaperras. Puede que eso fuera lo que más me gustaba de pequeña de las iglesias, acercarme a encender una vela...

La segunda vez que estuve en Roma, poco después de llegar, fue precisamente eso lo que hice. Subí a Santa Sabina, uno de los sitios que más me gusta en este mundo, y encendí dos velas cumpliendo una promesa. Acabé aquel viaje llorando en esa misma iglesia y poniendo otras dos velas sin saber muy bien por qué.

Creo que iba a escribir algo distinto, incluso algo coherente, pero bueno, dejaremos que se quede esto así, como a medio hervir.

Por cierto, ni lo he releido, si veis algo más raro de lo normal decídmelo.


Sé que no se ve bien. Es la cerradura de la puerta del Priorato de los Caballeros de Malta. Si miras a través de ella, lo que se ve es la cúpula de San Pedro. Uno de mis misterios favoritos.


orden de malta.jpg


Escrito por RedLabel a las 4 de Enero 2005 a las 02:11 PM
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