9 de Julio 2005

Agujeros

(...)Mi imaginación está cansada de ser algo útil. Ella era libre y yo la volví esclava. Ella era mi casa de mentira, aquella en la que vivía cuando todo era árido. Hasta que empezó a imaginar infiernos. (...) Mi imaginación está hasta los cojones de mí. (...) De las verdades que no quiero conocer y que le obligo a contarme. La torturo hasta que me cuenta lo que no quiero oír. Hasta que las palabras banales repican como campanas que a mí me doblan a muerto.

(...)Y no quiero escribir más. Sólo me quiero dormir convirtiéndote una rosa blanca en roja.(...)

(Estracto de lo que he escrito sin saberlo)

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Enero de 2006: hace ya un huevo de tiempo de todo, así que he pensado que no importa que complete los "agujeros" y que, total, lo de rellenar estos huecos pasará desapercibido. Es que he encontrado por ahí la hoja en que lo escribí, y me ha chocado. Así que eso, ahí va.


Yo no me imagino nada. Es decir, nada que haga que me merezca la pena volver a ninguna parte. Nada que me diga que puedo volver a aquel lugar que añoro. Todos mis deseos se convierten en polvo antes de que los toque el aire. Antes de haber superado el límite de mi imaginación, que antes me refugiaba, se han convertido en metal que me punza fuertemente. Que brutalmente me golpea. Que me fuerza a no tener deseos nunca jamás. A no querer imaginar nada porque la realidad me destroza. Mi imaginación está cansada de ser algo útil. Ella era libre y yo la volví esclava. Ella era mi casa de mentira, aquella en la que vivía cuando todo era árido. Hasta que empezó a imaginar infiernos. Hasta que empezó a imaginar besos que eran reales sin saberlo. Hasta que tuvo que inventarse la verdad que se le escapaba como agua. Mi imaginación está hasta los cojones de mí. De mis celos. De las verdades que no quiero conocer y que le obligo a contarme. La torturo hasta que me cuenta lo que no quiero oír. Hasta que las palabras banales repican como campanas que a mí me doblan a muerto. Retuerce las palabras hasta encontrar sentidos que no creyeron tener y que sin embargo tenían. Oculto en sus sombras, en sus tripas. Oculto. Oculto. Oculto como intento mantenerme. Oculto como no soy capaz de hacerlo. Oculto como las mentiras que llevo dentro. Oculto, tan encerrado en mí que me mata cuando me rasga alguna sonrisa en su huída no consumada.

Yo no imagino nada porque no quiero. Porque prefiero imaginar otras cosas. Porque prefiero los recuerdos a estas pesadillas que me queman a veces. Yo ya no puedo poner el alma en las letras, ni en las putas manos. Porque le hundo los dedos hasta convertirla en nada, en un amasijo de sueños horribles, En humo de cigarro, en manchas de tinta. Como las mías, que me mostraban pájaros torturados. Querría ser capaz de sentir todo el sufrimiento del mundo, y sentirlo de una vez, y no esta agonía de no poder sentirlo nunca. Quiero matar mi alma de dolor, y no esta agonía lenta, que me quema, que me destroza cada vez que no soy capaz de sentir, que me vuelve mueble, que me vuelve insomne, que me vuelve trasto e imbécil. Quiero ser una letra que sangre sin sentir. Quiero ser ese puto verso y no saberlo, ser el porqué y no tener conciencia de ello. (...) Quiero sentir, por Dios, no tener límite.

Y también quiero que no me duela. No puedo evitar ser así. No puedo evitar no querer sufrir, al tiempo que lo quiero. Quiero ser el ruiseñor...

Quiero que me acunes. Pero allí, en otro tiempo, aquel momento en que mi imaginación ya no me traicionaba. ¿Por qué? ¿por qué ya no me quieres? ¿y por qué no fui capaz de sentir? ¿por qué cuando ocurrió de forma tajante pensé que no había salida? ¿por qué no fui capaz de mantenerte? ¿por qué coño no conté tus lunares...?

¿Y por qué estoy demasiado cansada como para quererte? Quiero llorar desesperadamente... Pero no quiero que lo sepas. Es que no puedo hacerte esto. (...) Ojalá hubiera sabido hacerte feliz.

Quiero ser ese verso, y no tener conciencia de nada. Ser un verso entre mil, de los que la gente repite, de los que se convierten en el sentido de la vida de alguien. Pero no saben nada. No les pesa nada. La palabra rosa sigue feliz en el diccionario sin saber que ha destrozado al Principito. La palabra bellotero sigue en el limbo sin saber que alguien ha destrozado el idioma con ella. La palabra frío, y blanco, y muerte, y espada, siguen siendo sólo columnas en las que apoyar el dolor del mundo. Y mis lágrimas son sólo gotas con las que mi cerebro me engaña hacíendome creer que con cada una se va una pena. Que cada lágrima es un milímetro que estás más lejos de mi pensamiento.

Dios mío, ni siquiera yo sé lo que te quiero. Habría querido llevarte agua en la oscuridad cada noche. Pero no sé mostrar pasión. Soy una inválida que no te llega. Y lo más triste es que ni siquiera soy capaz de ser sincera contándome las cosas. No soy capaz de ponerme tranquilamente a explicarme todo.

Y no quiero escribir más. Sólo me quiero dormir convirtiéndote una rosa blanca en roja.


[nota a posteriori: quizá llegar al umbral del dolor es horrible (al umbral del dolor de ese momento, vamos, porque seguro que en el futuro es superado). Pero la sensación de tocar fondo o, mejor dicho, recuperarse como Dios te da a entender de esa impresión de haber llegado al límite, tuvo un no sé qué que me hizo sentir que me redimía. Aunque no sepa muy bien de qué pecados.]

Escrito por RedLabel a las 9 de Julio 2005 a las 02:25 AM
Comentarios

Libera tu imaginación, para qué mantenrla como esclava? al fin y al cabo, tu eres dueño de lo que imaginas... los sentimientos y la imaginación es uno de los pocos privilegios libres que nos van quedando
Si quieres, puedes imaginar que despiertas siendo una flor de otro color

Escrito por Viajera a las 9 de Julio 2005 a las 06:44 PM

las mejores flores son las amarillas. también me gustan las naranjas, como unos tulipanes que vi una vez enormes andando por la calle como si tal cosa. no sé de dónde habrían salido, pero eran muy grandes.

y no es que sea esclava la imaginación, es que nosotros somos esclavos de ella. somos nosotros los que estamos hasta los cojones de ella.

y hazme el favor de seguir escribiendo cosas como "casa de mentira" y otros, porque es cojonudo, aunque no recuerdes que lo escribas.

besos

Escrito por meggan a las 10 de Julio 2005 a las 11:43 PM

Viajera, feliz tú si puedes ser libre en la imaginación y en los sentimientos :P A mí la mayoría de las veces me ha ocurrido al contrario... Ah, y lo de las flores no es más que una alusión a un cuento :) Gracias por el comment! :)

niña, ¿viste unos tulipanes andando x la calle?? :O xD
Prefiero las azules, pero sí, las amarillas también son muy bonitas... Y el resumen es siempre el mismo, supongo que no somos esclavos de la imaginación, sino de nosotros mismos, y que nos toca aprender a convivir con nosotros... Buah, no me hagas caso :P Un beso, guarripeich :)

Escrito por RedLabel a las 10 de Julio 2005 a las 11:58 PM
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