21 de Noviembre 2007

A veces basta una luz. Es una tontería, seguramente. No hay palabras de por medio, ni caricias, ni sonrisas, ni siquiera una confirmación visual del espacio que ocupa. Pero una luz es presencia. Por eso, aunque no tenga nada que ver, no me gustan las velas de bombilla en las iglesias, sino las de llama, las que perduran hasta que se consumen, las que queman y calientan como un cuerpo.

Estaba en alguna parte, claro, eso es de saberse, pero no había ya ventanas ni signos que lo confirmaran. Todo queda relegado a la imaginación. Y de pronto, una simple lucecita, un débil signo de existencia, llena de golpe un vacío triste, devolviéndome a casa con tantas fuerzas que tengo ganas de llorar; como con un abrazo dado a tiempo.

Y con eso, con eso, basta...

(Aunque "yo ya no sea yo, ni mi casa sea mi casa", claro está. Una es un ser consciente y conforme.)

Escrito por RedLabel a las 21 de Noviembre 2007 a las 02:24 PM
Comentarios

pues no llores, que por los ojos a veces se van las fuerzas... o llego demasiado tarde? :P

"como con un abrazo dado a tiempo". you are sooo right...

see you soon, i hope!

:)

Escrito por marta a las 22 de Noviembre 2007 a las 03:55 PM

Bueno, pero llorar también hace falta, a veces. Vamos, que además tampoco es que me vaya sonando los mocos de esquina en esquina xD

Escrito por RedLabel a las 5 de Diciembre 2007 a las 01:08 AM
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