Tengo una pobre planta (una gardenia, concretamente) a la que le viene fatal que me quede los fines de semana en casa, porque, para su desgracia, es cuando me preocupo por su precario estado de salud y trato de reanimarla.
Contra todo pronóstico, ha sobrevivido a mis cuidados del fin de semana pasado, cuando le apliqué todos los remedios y conjuros que encontré por internet y la bauticé como Asertividad, en honor a la similitud que su lamentable estado guarda con la mía propia. Tras haberla regado por microdifusión en plan monzónico y haberla bañado (accidentalmente) en agua caliente, en busca del "ambiente cálido y húmedo" que Mr. Google aconsejaba, ha cobrado un aspecto más parduzco, pero el pobre animalito insiste, e incluso tiene un brote nuevo.
Esta mañana me he acercado a echarle un vistazo. No es que no lo haya hecho en toda la semana, pero como su tierra seguía húmeda (de sobra) y yo aún me sentía culpable por las atenciones que le dispensé, me había parecido prudente para su salud mantenerme alejada unos días.
Entonces, he descubierto que debo abandonar el cultivo de la gardenia y dedicarme al de los hongos, que se me da mucho mejor. En tan sólo una semana se han extendido por todo el manto de tierra y parte de la planta, y algunos ya tienen esporas y todo. Así da gusto.
¿Algún consejo para la supervivencia de la gardenia, aparte de quitarme la custodia?