Un día, hace ya unos cuantos años, llegué a la conclusión de que los sueños no debían cumplirse nunca. Que por eso hay niños que pierden el interés por el juguete que anhelaban cuando lo consiguen, y gente que abandona aquello por lo que ha luchado, y quien se aburre de la persona a la que ha encontrado tras buscar durante largo tiempo. Imaginé que los sueños (las ilusiones, mejor dicho) eran como pompas de jabón, tan hermosas, capaces de ser reales durante unos instantes, pero que se desvanecen si intentamos materializarlas sintiéndolas en nuestras manos.
La conclusión era así de negativa. Los sueños se destrozan al querer llevarlos a cabo. Realizarlos es acabar con la ilusión, con la vida que nos infunden, y el destino del hombre es buscar siempre algo más allá, algo que queda fuera de su alcance. Eso, si tiene suerte y es capaz de encontrar una ilusión nueva con la que reemplazar el hueco dejado por aquella que se ha cumplido.
Procuré dejar de desear, para que no fuera tan dura siempre la pérdida del sueño, para no tener que levantarme cada vez desde más hondo.
Por mucho que intentara evitarlo, ocurrió que comenzó a salírseme el deseo por los poros. Descubrí que había cosas capaces de ilusionarme en pequeñas dosis, sin experimentar un batacazo, sino sólo una tristeza bonita. Sentía menos, me he anquilosado a lo largo del tiempo, pero sentía al fin y al cabo.
Olvidé todo esto.
Y, otra vez, años después, estoy recordando la lección perdida, al tiempo que aprendo otra nueva.
Sobrevaloré el sueño.
Sentir intensamente ilusión y dolor hizo que me auto-cauterizara, hasta el punto de no saber descongelarme.
(Pagando el precio de mis sueños soy capaz de disfrutar la tormenta que está cayendo ahora, que empapa el asfalto)
Descubrí que no es el sueño lo que importa, sino la realidad que lo destroza.
Que amar un sueño es una forma masoquista de amarse a uno mismo.
Y que el amor dedicado a mis mayores sueños no fue nada para el que sentí después por sus defectos.
Puedo comunicaros con orgullo que (por lo visto) soy el segundo resultado en Google de la búsqueda "la cabra de willow"...
En fin, podría ser mucho peor, pero, por favor, si estás buscando la cabra de willow, ¿me podrías explicar a qué te refieres??
Creemos olvidar, y de hecho olvidamos. Enterramos sueños, proyectos, también buenos ratos, noches cargadas de bromas, y queda a menudo sólo la sensación de haberlo pasado bien aquellos años, un recuerdo apuntalado sólo por alguna frase sobresaliente. Olvidamos gente con la que compartimos nuestra vida, y también quiénes y cómo éramos nosotros mismos.
Y de pronto, un olor cuya existencia ya no recordábamos nos traiciona, y trae a nuestra mente de golpe otra vida que ya hemos perdido. A veces es agradable, otras pesa. Y otras nos sorprende porque nos dice que sí que tuvo importancia aquello que después hemos despreciado, y que sí que fuimos quienes vivimos esas imágenes que nos hemos empeñado en archivar como si fuera una película.
No estoy muy inspirada, pero no quería olvidar que hoy me ha pasado esto, que de pronto mi cerebro se ha dedicado a hacer recuento de los olores que guardaba y me ha enseñado, sin venir a cuento, uno que me hablaba desde un año que me parece ajeno.
Había grandes ratos en los que sentía el cerebro tan lleno que lo creía vacío, inactivo ante la ingente cantidad de pensamientos que procesar, y el vaso se convertía entonces en lo único existente en este mundo. Contra su pared de cristal, como si ésta fuera una frontera en cuyo interior vivían los sueños, la espuma de cerveza formaba una y otra vez una luna menguante, tan insistentemente como las olas cuando rompen. Mi mente, tantas veces enferma, jugaba a cambiar el blanco encaje de la espuma por un amarillo narciso.
(...)
TARA: Do you think I'm stupid? I know you used that spell on me.
WILLOW: Tara, I'm sorry, I-
TARA: Don't! Just ... don't. (shakes head) There's nothing you can say.
WILLOW: Tara, I didn't mean to-
TARA: To what? Violate my mind like that? How could you, Willow? How could you after what Glory did to me?
WILLOW: Violate you? I ... I-I didn't ... mean anything like that, I-I, I just wanted us not to fight any more. I love you.
TARA: If you don't wanna fight, you don't fight. You don't use magic to make a fight disappear.
WILLOW: But I-I just wanted to make things better. Better for us you.
TARA: But you don't get to decide what is better for us me, Will.
(...)
[Tabula rasa, Buffy Cazavampiros, temporada 6, episodio 8.]